La casa de las pesadillas en Amityville.

 

Introducción

En el condado de Suffolk, estado de Nueva York, existe una curiosa casa situada en Amityville. Una mansión de estilo colonial holandés, con embarcadero propio y un enorme jardín. En resumen la casa perfecta para cualquier familia, si no fuera por las extrañas presencias con las que se debe compartir la casa.

"Grandes esperanzas" reza el extraño cartel en la entrada, casi como una cruel ironía de lo que les pasaría a las dos familias, que vivieron allí la experiencia más terrorífica de sus vidas, una de ellas con desastroso final.

 

La familia Defeo

Ronald era el mayor de los cinco hijos del matrimonio Defeo. Un chico problemático, violento y que durante un tiempo estuvo enganchado a las drogas.

El jueves, 14 de noviembre de 1974, después de tener una fuerte discusión con su familia, de esas que ya se habían convertido en comunes, Ronny (como cariñosamente lo llamaban sus familiares) planeo algo. Justo a las tres y cuarto de la madrugada, después de drogar a toda su familia, poniendo narcóticos en la sopa que tomarían de cena, fue habitación por habitación, portando un rifle del calibre 35 y matando a todos los miembros de su familia, supuestamente guiado por una voz que le ordenaba hacerlo.

Después recolocó los cuerpos sin vida bocabajo con los brazos puesto bajo sus cabezas, y abrigó con mantas sólo a las mujeres de su familia, su madre y sus dos hermanas Dawn y Allison.

Cuando la policía llegó a la casa, Ronnie le contó una historia que poco a poco se fue desquebrajando, hasta que confesó ser el autor de los asesinatos de su familia.

Hoy en día, todavía no se sabe bien lo que sucedió aquella trágica noche, ni los motivos que movieron a Ronald Defeo a cometer esos crímenes. Aun así, actualmente Ronald sigue cumpliendo una condena de 25 años por cada miembro asesinado en cadena perpetua, en la cárcel de Green Haven en el estado de Nueva York.

 

La familia de los Lutz

Los siguientes en vivir en aquella casa fueron los Lutz, familia compuesta por George, Kathy y los hijos de su anterior matrimonio, Danny, Christopher y Melissa, Además del perro, el cual también sufrió las consecuencias de la casa.

A pesar de ser consientes de lo que sucedió meses antes en aquel lugar, decidieron comprarla, creyendo que se encontraban ante la casa de sus sueños e impulsados por su bajo coste.

El padre Ralph Pecaro fue el primero en darse cuenta de que aquella casa estaba marcada. El jueves 18 de diciembre de 1975, justo el día en el que los Lutz se mudaban al 112 de Ocean Avenue, en Amityville, el sacerdote, amigo de la familia, se dirigía al que sería el nuevo hogar de los Lutz para bendecirla.

Empezó por la habitación de matrimonio situada en la primera planta, y mientras se disponía a realizar el ritual, escuchó tres golpes en el piso superior. Pensó que serían los pequeños de la familia y siguió con su labor, hasta que descubrió que todos se encontraban en la planta baja.

No le dio más importancia y siguió a los suyo; lanzó varias gotas de agua bendita y justo en ese momento escuchó claramente una voz detrás de él que le decía: <<Fuera de aquí>>.

Los días que duraron los Lutz en esa casa fueron los peores de su vida, pues se puede decir que vivieron una pesadilla. George dejó de ir a trabajar para estar todo el día quemando leña en la chimenea, aseguraba tener muchísimo frío, que los demás no sentían.

Melissa, la hija menor, no paraba de relacionarse con Jodie, un amigo imaginario, el cual aseguraba que un chico que vivió allí y mató a su familia se parecía mucho a su padre.

Todo fue empeorando día a día, el padre de la familia todas las noches se despertaba a las 3:15, la misma hora en la que Ronnie Defeo mató a su familia, y se dirigía al embarcadero. Una de esas noches pudo observar como en el cuarto de su hija una cabeza de cerdo con los ojos iluminados en rojo lo miraba desde la ventana.

En el sótano, Kathy descubrió una habitación de poco más de un metro y medio cuadrado pintada de rojo y que tenía un olor fétido insoportable.

Después de 28 días infernales viviendo en aquella casa maldita soportando cosas inexplicables, como enjambres de moscas que no sabían como habían entrado, bandas militares de música invisibles, ventanas que se abrían misteriosamente, levitaciones mientras dormían, etcétera, salieron huyendo dejando todas sus pertenencias atrás.

Lo último que soportaron fue la aparición de una figura ensotanada de blanco que los miraba hasta que cruzaron la puerta para no volver.

 

Repercusión social

Después de que los Lutz salieran con lo puesto de la casa, la historia saltó al gran círculo mediático. Se montaron debates entre supuestos parasicólogos que discutían si la casa estaba encantada o no.

La familia contactó con William Weber,  abogado de Ronald DeFeo, que quería publicar la historia. La familia se negó a firmar el contrato, según ellos porque descubrieron que Ronald DeFeo era uno de sus socios. Según cuenta la familia hubo amenazas de ser acosados por la prensa si no aceptaban dar algunas conferencias y participar en varias entrevistas.

Después de romper contacto con Weber, piden ayuda al Doctor del Instituto de Parapsicología de America, Stephen Kaplan. Rompieron también las relaciones repentinamente con éste, a pesar de que tenía pensado hacer varias investigaciones. La tercera persona con la que los Lutz contactaron fue Laura DiDio, una joven periodista que trabajaba en un canal local de noticias.

Gracias a esta periodista los Lutz conocieron al matrimonio Ed y Lorraine Warren, expertos en demonología. Fueron éstos los que consiguieron llevar a cabo la investigación de la casa, junto con la joven periodista, amiga de la familia.

Hubo enfrentamientos entre unos y otros parapsicólogos por llevarse la gloria de la noticia, por una parte Weber y los Kaplan decían que era todo un fraude, mientras que por otro los Warren, apoyados por la familia, testifican la veracidad del suceso. Aparecen artículos de una y otra parte intentando imponer su opinión sobre la casa, entre medio de denuncias y amenazas.

El abogado William Weber, al ver que las discusiones entre los dos bandos no llegaban a ninguna parte, decide contratar al experto en parapsicología, el profesor Hans Holzer. Éste pudo investigar la casa acompañado de la médium Ethel Jonhson Myers, la cual gracias a sus poderes psíquicos, lanzó la teoría de que la casa había sido construida encima de un cementerio indio. Además se tomaron fotos donde supuestamente se puede observar la manifestación fantasmal, que aparece en forma de materia blanca, llamada por los expertos ectoplasma. A parte de esto, se descubrió que unos huesos pertenecientes a un jefe indio había aparecido a principio del siglo XX.

Mientras tanto los Kaplan se mostraban escépticos ante las investigaciones de Holzer e intentaban desmentir sus teorías, se creó entonces un nuevo enfrentamiento. La historia de la casa se propagó rápidamente por el ámbito nacional; Paul Hoffman, que había tenido acceso a la familia Lutz gracias a Weber, escribió el primer artículo nacional sobre el caso, aunque según Weber no tenía permiso para escribir ese artículo. Tanto Weber, Hoffman, como la revista, fueron demandados por los Lutz.

Los Lutz fueron presentados al editor Tam Mossman, quien les recomendó a Jay Anson, un renombrado escritor de películas documentales, para escribir el libro sobre el suceso. El libro fue publicado en el año 1977, bajo el título The Amityville Horror, y con un subtítulo bastante polémico que decía, Una historia real. Aun así, Stephen Kaplan intentaba demostrar que el libro estaba lleno de hechos ficticios y que nada era verídico.

Después de la publicación del libro el ambiente se vuelve a tensar más todavía, se da lugar a acusaciones y se publican multitud de artículos donde se intenta apoyar a una u otra parte. Los Lutz llegaron a someterse a un detector de mentiras, aunque la opinión escéptica dudó de la fiabilidad de los encargados para realizar las pruebas.

A pesar de que esas discusiones siguen actualmente, aunque ya no se le de tanto bombo, lo cierto es que nunca sabremos lo que pasó realmente en esa casa. Pero ésta sigue allí en la 112 de Ocean Avenue, y las familias que han intentado residir allí, han asegurado que no se puede vivir, no por las manifestaciones fantasmales, si no debido a los curiosos y los periodistas.

 

En la gran pantalla

A parte de los artículos, libros y opiniones que se han hecho sobre la casa de Amityville, también se ha llevado la historia al cine en varias ocasiones.

La primera fue Terror en Amityville, a cargo de Stuart Rosenberg, estrenada en 1979, tan solo tres años después de que los Lutz salieran sin mirar atrás de lo que fue su casa durante 28 días. De no contar con que supuestamente estaba basada en hechos reales, hubiera pasado por una película de terror mediocre, pero esta película creó un gran revuelo entre los defensores y detractores de la familia Lutz. Muchos decía que había más de fantasía que de verídico y otros incluso que la película se había quedado corta. Lo más impresionante son los parecidos de los personajes con los de la historia real.

Varios años más tarde, en 1982, se estrenó otra versión de lo que sucedió en la casa maldita, Amityville II: La posesión, dirigida por Damiano Damiani. En este caso tanto los nombres como los apellidos reales fueron sustituidos, además de no haber ningún parecido en los personajes, cambiaron bastantes cosas de la historia original.

Estas dos primeras son las que crearon algo de controversia, en los años siguientes se realizaron otras películas que llevaban en su título Amityville, pero poco o nada tenían que ver con lo que pasó en verdad. Algunos de estas películas fueron Amityville 3-D, la que todavía tenía algo de relación con los hechos reales, o Amityville: The Evil Escapes (En España: La fuga del mal), entre otras.

En 2005 se realizó un remake del primer film, titulada en España como La morada del miedo, cuyo título original era el mismo que el de la película de 1979, The Amityville Horror. Andrew Douglas, fue el encargado de dirigirla. Solamente mejoró en actuación y efectos, ya que la historia al fin y al cabo era la misma.

 

Bibliografía:

  • Carlos Cala, Aquella casa maldita en Amityville, editorial Edaf, 2006, Madrid.

  • Francisco Contreras Gil, Fantasmas (Cap. 4: Victimas del misterio. El lado oscuro del más allá., Amityville. La casa de los horrores.), editorial Edaf, 2008, Madrid.

  • Iker Jiménez, Carmen Porter, Milenio 3 El libro (Primera parte. Noches de escalofrío., La casa maldita. Amityville.), editorial Aguilar, 2006.

 

                        Filmografía:

  • Amityville, horror o engaño, Misterios de la historia (Documental), Daniel Farrands, Canal Historia.

  • Terror en Amityville, Stuart Rosenberg.

  • Amityville II: La posesión, Damiano Damiani.

  • La morada del miedo, Andrew Douglas.